Ella.

Abría los ojos de par en par, después me miraba. En su mirada había cierto tipo de calidez que hacía que todas las gotas de lluvia que caían sobre mi cuerpo, se paralizasen por un momento en el infinito. Ella tenía ese don. Podía parar el tiempo con tan sólo mirarme, y yo lo sabía. La verdad es que el momento en el que te das cuenta de que sólo es ella la persona de la cual te gustaría tener grabada una imagen para siempre en su cabeza es cuando te fijas en que ella no aparta sus ojos de ti, esos ojos que alumbrarán tu vida para siempre.
Ella esbozó una tímida sonrisa, e hizo que sus ojos se achinasen. "Es como un ángel", pensé. Se acercó lentamente a mí, y en un instante todos los músculos de mi cuerpo cobraron vida por un segundo. Cuando ella llegó, me dio dos besos, y consiguió sacar de mí lo mejor, lo que hace tiempo nadie había sacado. Al poco tiempo se marchó, pero en mi rostro permanecía esa alegría. La que ella me daba.La perdí de vista. Mis ojos temblaban, e intentaba ocultar mi necesidad tras un silencio interminable. Mi cabeza sólo pensaba en ella, en ella y en su sonrisa, en ella y en su mirada. En todas esas cosas que la hacían especial. Mis amigos lo intuían. "Esa niña te está matando" me decían. "Tírate a la piscina" pensaba. Sus ojos me estaban volviendo loco, pero le habían dado algo más a mi corazón, algo más que calor...La razón por la cual latir.
Esas manchitas de los ojos. Su pálida tez. Su inocente sonrisa. El lunar que tiene muy cerquita de la oreja. La forma en que ligeramente su flequillo se abre y a ella le da rabia. Su pelo, que cambia de color a la luz del sol. Esa forma de andar, tan despreocupada, en la que se nota que su vida es suya y de nadie más. La forma que tiene de decir las cosas. La manera de abrazar a sus amigas, de dar los besos al saludar. La extraña forma en la que se ha metido en mi corazón..
Y si ella es un desafío, pienso ganar.