miércoles, 23 de junio de 2010

[iN PiECES]

Lo único que oía era su ténue voz en mi cabeza, repitiendo la misma palabra, "adiós".
Sentía sus pasos a pesar de las toneladas de hostilidad que había a nuestro alrededor. Él ahora mismo era uno más, uno entre un millón. Había dejado de tener importancia.
Yo me alejaba con precaución, con cuidado de no pisar los trozos rotos de mi corazón, ahora esparcidos por el suelo.
No sabía como sentirme. Acababa de renunciar a lo más bonito y doloroso que había aparecido en mi vida en los ultimos años.
El dolor, perseguido por el amor y el cariño, se escondió en lo más profundo de mi alma, llenando cada rincón de mi ser, apoderado por la rabia y el odio.
El amor y el respeto, cansados de buscar y de estar en sitios donde no los quería, se marcharon, dejando mi cuerpo desierto de buenos sentimientos.
El orgullo y la prepotencia desaparecieron del mapa, dando paso para que la vulnerabilidad se apoderase de mi mente.
La cordura se ha vuelto loca y ha decidido olvidarme, y me ha dejado en manos de la esperanza...

jueves, 17 de junio de 2010

Cien mil bares dando vueltas, y tú y yo en esta noria.

Por las veces que pensé que te perdía, por las veces que pensé que te tenía, por las veces que he soñado que abría los ojos y no estabas, por darme cuenta de que aunque me duela ya no estás. Tú sigues ahí arriba, te elevas, tocas el cielo de las oportunidades, mientras yo he tocado el fondo del pozo del amor no correspondido. Los dos hemos vuelto al mismo sitio donde estábamos. Han sido dos meses para retroceder y olvidarnos de un dolor que ya no existe, tan solo para crear otro que quizás sea más fuerte. Supongo que la pérdida de un amor es la típica piedra en la que todo el mundo tropieza más de una vez... Y nos da igual. Perder un amor significa haberle tenido. Significa que fue tuyo. Te quiero, joder, te quiero.




[No sé si te vas por lo que soy o por lo que nunca fui..]

miércoles, 16 de junio de 2010

[. . .]

He olvidado mis propósitos una vez más. He vuelto a caer. No soy fuerte, en realidad, nunca lo he sido. Me arrepiento de haberle puesto barreras a mi corazón. Odio quererte como te quiero. Odio no poder olvidarte. Vuelvo a decirte que lo siento. Lo siento si alguna vez te he fallado. Si he hecho algo mal. Sé que no soy todo lo que querías que fuera, pero lo he intentado. No sé si lo he conseguido, supongo que no. Que por eso mismo ahora estamos así. Yo intento volver a ser como antes superando mis miedos y tú no sabes cómo actuar ante las situaciones. Supongo que es añoranza, nostalgia, no lo sé, te echo de menos. Echo de menos las horas en las que no hacíamos otra cosa que hablar, mirarnos, estar callados, o simplemente, las horas muertas que me podía tirar pensando en ti, sin que me doliera... Ahora no soy capaz de retener las lágrimas pensando que nunca más vas a volver y que nada más va a ser como antes... Nunca me he arrepentido de quererte. Quizás todo esto pasó porque tenía que pasar, pero me duele. Supongo que te quiero...supongo que demasiado... Todavía no me hago la idea de que desaparezcas de mi vida, ni siquiera te veo en otro papel... Sigues siendo importante, sigues siendo el mejor... Sigo enamorada...

Miradas.

Hay varias maneras de mirar a alguien. Se puede mirar a las personas de abajo a arriba, con admiración, o de arriba abajo, con desprecio, pero una vez la vida te ha enseñado unas cuantas lecciones importantes, se puede aprender a mirar a las personas a los ojos, de tu a tu. Ella siempre miraba desde arriba y el estaba cansado de mirar desde abajo, pero lo único que tenían que hacer era mirar en su interior y verse tal cual eran.

jueves, 10 de junio de 2010

Te quiero.

Lo difícil que es ver a la persona que más quieres y no poder decirla nada, ¿verdad? Lo que cuesta imaginarte una vida completamente sin él. Vas buscando en tu interior, vas pensando qué hacer, cómo mostrarte fuerte delante de él para que vea que puedes seguir perfectamente, que te va bien. Lo que nos gusta aparentar, ¿eh? Nos gusta ponerle barreras a nuestro corazón para luego hacernos más daño.
Yo tampoco sé que hago aquí. Si te quiero, lo siento. Si me hago daño, es mi problema. No sé que ganamos, ni qué perdemos. Sólo mantenemos el dolor...

jueves, 3 de junio de 2010

¿Alguna vez me quisiste?

Y no, no hizo falta oir para comprenderle, tan sólo escuchar.
Nada ni nacie podría mover las toneladas de aceroque le retenían.
Ella nadó de vuelta a él y lo abrazó, sintiendo como su propia conciencia se desvanecía por la falta de aire. Sin esperar un instante, él tomo el rostro de ella, y posando sus labios sobre los de la muchacha, espiró el aire que la había reservado, aspiró el aire de sus labios y apretó con fuerza sus manos, unida a él en aquel beso de salvación.
El muchacho le dirigió una mirada desesperada de adiós y la empujó contra su voluntad, ella inició su ascenso hacia la superficie y, esa fue la última vez que le vio...