- Qué, ¿qué pasa? - dijo el hombre gris, enarcando las cejas - ¿Todavía no estás contenta?. Vosotros, los niños de hoy, sí que sois exigentes. ¿Quieres decirme qué le falta a esa muñeca perfecta? Momo miró al suelo y reflexionó.
- Creo - dijo en voz baja - que no se la puede querer.
Hola! He visto tu Blog y es sencillamente genial
ResponderEliminarTe sigo, ¿Devuelves?.
Besitos! ♥