miércoles, 23 de junio de 2010

[iN PiECES]

Lo único que oía era su ténue voz en mi cabeza, repitiendo la misma palabra, "adiós".
Sentía sus pasos a pesar de las toneladas de hostilidad que había a nuestro alrededor. Él ahora mismo era uno más, uno entre un millón. Había dejado de tener importancia.
Yo me alejaba con precaución, con cuidado de no pisar los trozos rotos de mi corazón, ahora esparcidos por el suelo.
No sabía como sentirme. Acababa de renunciar a lo más bonito y doloroso que había aparecido en mi vida en los ultimos años.
El dolor, perseguido por el amor y el cariño, se escondió en lo más profundo de mi alma, llenando cada rincón de mi ser, apoderado por la rabia y el odio.
El amor y el respeto, cansados de buscar y de estar en sitios donde no los quería, se marcharon, dejando mi cuerpo desierto de buenos sentimientos.
El orgullo y la prepotencia desaparecieron del mapa, dando paso para que la vulnerabilidad se apoderase de mi mente.
La cordura se ha vuelto loca y ha decidido olvidarme, y me ha dejado en manos de la esperanza...

1 comentario:

  1. Dios , me encanta tu foto de fondo sabes!? eres una guarra¬¬ teodioo^^

    ResponderEliminar