domingo, 13 de febrero de 2011

Nos reímos. Y seguimos riéndonos así. Hablando sin saber muy bien de qué ni por qué. Después decidimos colgar, prometiendo que nos llamaremos mañana. Es una promesa inútil: lo hubiéramos hecho de todos modos. Cuando pierdes tiempo al teléfono, cuando los minutos pasan sin que te des cuenta, cuando las palabras no tienen sentido, cuando piensas que si alguien te escuchara creería que estás loco, cuando ninguno de los dos tiene ganas de colgar, cuando después de que ella ha colgado compruebas que lo haya hecho de verdad, entonces estás perdido. O mejor dicho, estás enamorado, lo que, en realidad, es un poco de lo mismo...


Todos hablamos mucho cuando nos cuentan cosas parecidas que les ocurre a otras personas. No sé por qué, pero nunca pensamos que puede sucedernos a nosotros y, en cambio, el dia menos pensado.. pam! te toca a ti, como si te hubieras traído la mala suerte tú solo. Tienes que arreglar cuentas con tu orgullo... Pero que coñazo! Siempre he sido un negado en matematicas. Y ademas, en el amor no existen ecuaciones ni operaciones...No existe el contable de los sentimientos o el asesor financiero del amor. ¿Que ocurre, que hay que pagar un impuesto para ser feliz?

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