jueves, 4 de noviembre de 2010

Tapar con tiritas heridas de bala.

Hoy ha salido el sol, está claro, como todas las mañanas, pero yo no veo la luz. Tengo miedo de abrir los ojos, supongo que  porque sé que la realidad no puede superar mis sueños. Hoy  es uno de esos días en los que la vida se ha echado la siesta y nosotros debemos permanecer despiertos, y a veces es difícil. Duele acumular horas de insomnio, cuesta mantener los ojos abiertos ante la oscuridad, y lo peor es que por mucho que los abras nunca sabes que ahí más allá, porque todo está oscuro. En esos momentos de nuestra vida es en los que más solemos caer, nos cuesta mantenernos de pie cuando no sabemos que hay a nuestro alrededor porque tenemos miedo a abrir los      ojos... Lo peor de todo, es que no existen luces suficientes      para hacernos entender que lo único que podemos hacer en   esos casos es levantarnos caída tras caída y tener cuidado...

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