domingo, 15 de mayo de 2011

¡No seas idiota!

Sólo retumbaban en mi mente las palabras más dulces que hasta ahora recordaba. "Me gustaría, no, me encantaría apsar uno a uno los días junto a ti" que iban acompañadas de una cariñosa caricia sobre mi pómulo. Sus ojos brillaban más de lo normal, era como si ya la gravedad hubiera perdido toda su fuerza, pues yo estaba flotando, y aunque sabía que debía tener cuiaddo, me gustaba esa sensación. Era como si él me tuviera agarrada, como si me sujetara de caer en algún pozo sin fondo."No seas idiota, te va a dejar caer" Y entonces mis dudas me hicieron soltarme y... cai.

No hay comentarios:

Publicar un comentario