miércoles, 6 de julio de 2011

Nos gusta complicarnos.

Hoy ha sido uno de esos días en los que al levantarme me he tomado una taza de café y me he puesto a reflexionar sobre mi vida, y me he dado cuenta de que en la mayoría de los casos todo es más sencillo de lo que parece. Amar. Amar no es complicado, es entregarle a esa persona tus momentos, tus secretos, tu tiempo y sobre todo tu corazón. Creemos que se nos complica la cosa cuando esa persona no nos corresponde, pero en realidad, el amor sólo se complica cuando se deja de querer. Ser feliz. ¡Tampoco es tan difícil! Lo que pasa es que siempre nos dejamos influenciar por la patraña esa de "ser felices" y estar "con la persona correspondida, la adecuada" y ni siquiera nos enteramos de que hay millones de personas que pueden darnos todo aquello que nos enamoró de "la persona adecuada"... y así, con un índice de probabilidad del 97'8% serás feliz de verdad. Simplemente porque sabrás que una persona te valora por lo que eres, y no porque estás con una persona. Olvidar, eso sí es difícil... Y me encantaría dar consejos, pero nunca he sido capaz.



-Al final, ¿sabes? Eso es el amor: hacer lo que sea para sentirnos dignos del ser amado.
-Sí, ¿pero qué hay que hacer? Debería ser mucho más fácil...
-Es mucho más fácil. Nosotros lo complicamos. Pensamos que amar es tener derechos, pero la ironía del amor es que se funda en renuncias; pensamos que amar nos legitima a tener, y nos olvidamos de que amar es ceder...

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