domingo, 27 de noviembre de 2011

"Siete tarrinas de helado, treinta y tres discos de jazz, un litro de ron, otro de vodka, cuatro botellas de vino y setenta y dos horas para dejar de esperarle y terminar de perderme. Es todo lo que he necesitado para creerme que soy feliz, aunque tan solo fuera por un momento, para saborear algo de esperanza, aunque tan solo fuera por dos segundos de incertidumbre, para acabar más desarraigada de mi misma que de costumbre y no acordarme de que empezaba a "amarle", aunque tan sólo fuera para siempre...."Como se puede deducir de esta dialéctica algo triste que impregna este extracto de mi libreta llena de arena, él jamás apareció. Y al amparo de esa espera embriagadora y brutal tan sólo me queda una cucharilla en el fregadero donde veo mi reflejo con pelo desarbolado y conciencia rota, un montón de basura, sobras de mi impotencia y por qué no decirlo, un poema que te escribí en una de esas horas de espera rota y que no me atreveré a tirar al mar para que no lloren más las olas....

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