martes, 19 de marzo de 2013

Por fuera soy de silencio. Por dentro soy de música.

¿La notas? Está ahí.
Corre por tus venas. Estimula tus terminaciones nerviosas.
Y tus recuerdos vuelven.
Tragas saliva, como si intentaras digerir los problemas con ella.
Y crees que puedes.
Subes el volumen.
Porque con ella absolutamente todo, es posible.
Mueves tus dedos al compás del piano.
Piensas..."Me gustaría aprender a tocarlo".
Pero...
Quizás ya no disfrutarías de la música como lo haces ahora.
¿O sí?

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