jueves, 29 de julio de 2010

Adiós

Llevábamos tres horas de viaje. Tenía los ojos cansados, pero no quería parar otra vez, queríamos llegar cuanto antes al hospital. Ella se había hecho por accidente un corte muy profundo mientras cortaba pan. Hoy hacíamos un año y lo fuimos a celebrar con una comida en el campo. Todo parecía perfecto, hasta entonces.

Llevaba una velocidad bastante acelerada, ella estaba perdiendo mucha sangre y yo temía porque dentro de poco perdiera el conocimiento, no sabía donde ir, ni por dónde. La carretera estaba casi vacía, apenas se veían coches, como mucho, dos por hora. Eso me aventajaba y subía la velocidad.
-¿Estás bien?-Le preguntaba-Contéstame, por favor.-Ella hacía un leve movimiento con la cabeza asintiendo-Te quiero, joder, te quiero...-Sonrió. Nunca pensé que esa fuera la última vez que viera su sonrisa.
De repente, un coche apareció a 200 metros tras una curva, iba haciendo eses, pensé que el conductor estaría borracho pero que al ver nuestro coche tendría un poco de prudencia.
-No te preocupes, llegaremos a tiempo, eh, mírame- intentaba sonar convincente - llegaremos a tiempo.
Cuando me quise dar cuenta, el coche estaba a menos de cinco metros y un gran impacto hizo que nuestro coche saliera despedido. No recuerdo nada. Todos los periódicos hablaban de nuestro accidente. El conductor borracho sólo sufrió un leve traumatismo en la cabeza, no tiene carnet de conducir, pero sigue vivo. Mi chica, no tuvo apenas rasguños, ahora está en un hospital, y lo que menos le duele es el corte. Y yo...Yo he perdido la vida por culpa de un imprudente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario